¿Qué es el Inflammaging?
El inflammaging se refiere a un estado inflamatorio persistente y subclínico que surge con la edad y contribuye al deterioro tisular y a las enfermedades relacionadas con la edad. En la piel, este fenómeno se manifiesta como una degradación gradual de proteínas estructurales como el colágeno y la elastina, un deterioro de la función de barrera cutánea y un tono de piel opaco o irregular.
A diferencia de la inflamación aguda, que es protectora y se resuelve una vez que se produce la curación, la inflamación crónica persiste en niveles bajos sin síntomas evidentes y daña las células con el tiempo.
Mecanismo de inflamación en la piel
Varios procesos biológicos contribuyen a la inflamación:
Células senescentes: Con la edad, las células cutáneas entran en un estado de senescencia. Estas células ya no se dividen, pero permanecen metabólicamente activas y secretan citocinas proinflamatorias, conocidas como fenotipo secretor asociado a la senescencia (SASP).
Estrés oxidativo: la exposición a los rayos UV, la contaminación y los procesos metabólicos generan especies reactivas de oxígeno (ROS), que desencadenan respuestas inflamatorias y daños en el ADN.
Desequilibrio del microbioma de la piel: la disbiosis puede activar respuestas inmunes innatas, perpetuando la inflamación crónica.
Disfunción mitocondrial: a medida que las mitocondrias envejecen, liberan patrones moleculares asociados a daños (DAMP), lo que estimula aún más la inflamación.
Desencadenantes externos e internos
Factores ambientales: la radiación ultravioleta, los contaminantes del aire y el humo del cigarrillo aumentan la producción de ROS y la señalización inflamatoria.
Factores del estilo de vida: La mala alimentación, la falta de sueño y el estrés crónico pueden aumentar la regulación de los mediadores inflamatorios.
Envejecimiento intrínseco: el deterioro natural de la regulación inmunitaria y de los mecanismos de reparación celular con la edad predispone la piel a la desregulación inflamatoria.
Consecuencias de la inflamación en la piel
Descomposición del colágeno: la inflamación crónica regula positivamente las metaloproteinasas de matriz (MMP), que degradan el colágeno y la elastina.
Cicatrización retardada de heridas: los marcadores inflamatorios perjudican la función de los fibroblastos y queratinocitos.
Mayor sensibilidad: el deterioro de la barrera provoca una pérdida de agua transepidérmica y una mayor reactividad a los irritantes.
Hiperpigmentación: la inflamación puede estimular la melanogénesis, lo que resulta en un tono de piel desigual.
Cómo mitigar la inflamación
Antioxidantes tópicos: Ingredientes como la vitamina C, el resveratrol y la niacinamida ayudan a neutralizar los ROS y reducir el daño oxidativo.
Soporte de barrera: las ceramidas, los ácidos grasos y los humectantes mantienen la hidratación y la integridad de la piel.
Activos antiinflamatorios: Se ha demostrado que los extractos botánicos como los polifenoles del té verde y la centella asiática reducen los marcadores inflamatorios.
Fotoprotección: El uso diario de protector solar de amplio espectro es fundamental para minimizar la inflamación inducida por los rayos UV.
Opciones de estilo de vida: Una dieta rica en polifenoles y ácidos grasos omega-3, un sueño adecuado y ejercicio regular favorecen la resiliencia sistémica y cutánea.